viernes, 17 de octubre de 2014

¡Para alguien sí tiene sentido!

¿Alguna vez has sentido como si lo que haces para Dios no vale la pena?
Quizás sientes que el esfuerzo que inviertes en la iglesia o ministerio es en vano. Sin duda alguna todos en alguna ocasión u otra nos hemos sentido así. Es por eso que me gustaría compartir contigo una de mis historias favoritas.
Un niño de siete años a primera hora de la mañana corrió hacia la playa y vio que estaba repleta de estrellas de mar. La marea de la noche las había botado en la arena. De manera que este niño comenzó a tomar estrellas de mar, correr hasta el agua para arrojarlas tan lejos como pudiera. No pasó mucho tiempo cuando se le acercó un anciano y le preguntó:
 ¿Hijo, pero qué haces?  Estoy arrojando estas estrellas de mar de regreso al océano. El anciano lo vio y le dijo:
 Hijo, ¿Sabes que lo que haces no tiene sentido? Jamás podrás salvarlas a todas.
El niño se detuvo un instante, miró la estrella que llevaba en la mano, giró, y con un movimiento parecido a un baile, la devolvió al océano y con una sonrisa respondió…  ¡Para esa estrella sí tuvo sentido!
Como puedes ver, hay una gran necesidad y no puedes alcanzarlos a todos pero puedes alcanzarlos uno por uno y por eso deberías sentirte orgulloso.
Nada trae más satisfacción que guiar a una persona a los pies de Cristo o servir a un creyente en su crecimiento espiritual. Ayudarle a alguien a cambiar el rumbo de su futuro eterno no tiene precio y eso tiene mucho sentido

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