ESDRAS 4:1-6
4:1 Oyendo los enemigos de Judá y de Benjamín que los venidos de la cautividad edificaban el templo de Jehová Dios de Israel,
4:2 vinieron a Zorobabel y a los jefes de casas paternas, y les dijeron: Edificaremos con vosotros, porque como vosotros buscamos a vuestro Dios, y a él ofrecemos sacrificios desde los días de Esar-hadón rey de Asiria, que nos hizo venir aquí.
4:3 Zorobabel, Jesúa, y los demás jefes de casas paternas de Israel dijeron: No nos conviene edificar con vosotros casa a nuestro Dios, sino que nosotros solos la edificaremos a Jehová Dios de Israel, como nos mandó el rey Ciro, rey de Persia.
4:4 Pero el pueblo de la tierra intimidó al pueblo de Judá, y lo atemorizó para que no edificara.
4:5 Sobornaron además contra ellos a los consejeros para frustrar sus propósitos, todo el tiempo de Ciro rey de Persia y hasta el reinado de Darío rey de Persia.
4:6 Y en el reinado de Asuero, en el principio de su reinado, escribieron acusaciones contra los habitantes de Judá y de Jerusalén.
La actitud del enemigo.
Los enemigos del pueblo de Dios se refiere a todo aquél, y a todo aquello que es en contra de la obra del Espíritu Santo; todo lo que se opone a Dios y al Evangelio de Jesucristo. La actitud del enemigo en los tiempos del Antiguo Testamento es la misma que la de hoy; es la actitud del anticristo, de los gobernantes corruptos, y de los pueblos paganos; es la actitud de aquellos que sirven a otros dioses, o tienen otras creencias, o que simplemente no creen en Dios y rechazan todo lo relacionado a religión o espiritualidad.
¿Cuál es la actitud del enemigo, según Esdras 4?
- hipócritas, engañadores: se fingieron amigos de ellos.
- mintieron y fingieron ser seguidores del mismo Dios de ellos.
- buscaban ocasión para infiltrarse en medio del pueblo.
- querían participar en las obras del pueblo de Dios, pero no para ayudar sino para destruirlas.
- la intensión del enemigo era perturbar el ánimo y frustrar los planes.
- no querían que el pueblo de Dios edificase ni restaurase el templo, para que no tuvieran lugar de culto y adoración.
- no querían que el pueblo de Dios se fortaleciese espiritualmente.
- querían provocar confusión, discordias, desánimo y desaliento.
- quería que el pueblo de Dios permaneciera en sujeción y debilidad.
Pero Zorobabel, símbolo de un líder lleno de la presencia del Espíritu Santo y dispuesto a hacer la voluntad de Dios, no permitió que los enemigos tuvieran participación ni presencia en los asuntos del pueblo de Dios.
Al no lograr sus maléficas intensiones, los enemigos incentivaron a los moradores de aquellos pueblos, en contra del pueblo de Dios; comenzaron a presionarlos, atemorizarlos, difamarlos, perseguirlos.
Los consejeros de la obra, esto es el liderazgo y los encargados, fueron débiles o cobardes y se entregaron a la corrupción; aceptaron sobornos para desviar el pueblo de sus propósitos y de la verdad. Se corrompió la obra y se debilitó la fuerza del pueblo.
El anticristo en los días de hoy
El anticristo no puede destruir el pueblo de Dios directamente; entonces lo persigue, atormenta, calumnia, oprime, ridiculiza, lo desacredita.
Se levantan gobernantes y manipulan psicológicamente comunidades enteras, para hacer guerra contra el pueblo de Dios: manipulación de sectores de la sociedad y control mental masivo a través de la falsa publicidad, decretos de ley, personajes famosos, modas, escándalos, falsos testimonios.
El diablo invade las congregaciones y la vida de cada cristiano a través de millares de materiales satánicos. Los más eficaces son la música sensual y literaturas bíblicas que no son fieles versiones y traducciones de la Biblia.
El anticristo se infiltra en las congregaciones. Enferma, debilita y divide el Cuerpo de Cristo.
El espíritu del anticristo utiliza personas para infiltrarse en las iglesias, con el fin de promover el detenimiento y la destrucción de la obra.
Los infiltrados son especialistas en fingir que son siervos ejemplares, y hacen todo lo posible para participar en todos los proyectos y principalmente en las actividades de oración e intercesión, con el único fin de destruir y derribar todo lo que los cristianos hacen.
Introducen un liderazgo corrupto que enseña falsas doctrinas y declara falsas profecías.
El pueblo de Dios se debilita espiritualmente y la mayoría perece en el camino.
La actitud de Zorobabel y la nuestra
Somos hijos de Dios y estamos bajo la mira telescópica del enemigo. Él espera cada oportunidad para sacarnos del campo de batalla, y usará toda la artillería y estrategias que estén a su alcance para debilitarnos, derribarnos y destruirnos.
La corrupción del liderazgo y la contaminación espiritual en las iglesias siempre existió.
Muchos vendrán haciéndose los amigos y los colaboradores; muchos aparecerán como grandes líderes y profetas; pero debemos decirles NO. Porque lo único que quieren es matar, hurtar y destruir.
A pesar de toda la opresión que sufre la iglesia en estos días, podemos tener la actitud de Zorobabel en nuestros corazones y mantenernos firmes en nuestra decisión de servir a Jesucristo. Edificando la obra y restaurando vidas.
Esdras 4 es un ejemplo práctico de cómo tenemos que actuar nosotros los cristianos, que estamos rodeados de enemigos y de falsos hermanos en Cristo.
Hoy más que nunca, tenemos que ser astutos y prudentes; no aceptando ni permitiendo todo lo que quiere meterse en la iglesia o en nuestra vida misma.
Zorobabel y el pueblo que estaba con él, sufrieron la opresión y la persecución de los enemigos, que eran los propios moradores de los pueblos donde ellos habitaban, y las autoridades a las cuales ellos estaban sujetos. Pero se mantuvieron firmes e inamovibles en su actitud y en su decisión. Tuvieron muchas dificultades y adversidades, pero no retrocedieron. Edificaron hasta terminar la obra. Al final hicieron gran fiesta de consagración. Y adoraron a Dios en el nuevo Templo restaurado.
Les invito a leer todo el Libro de Esdras en La Santa Biblia, con sus versículos relacionados. Y sepan por ustedes mismos cómo fue y cómo terminó la historia de Zorobabel y los judíos que volvieron de la cautividad. Es una historia llena de acción, aventura, intrigas, emociones, pasión; y lo mejor de todo: está llena de enseñanzas poderosas para el pueblo de Dios.
Actuar conforme la Palabra de Dios, es actuar bien.
Actuar con la guía del Espíritu Santo, es actuar con poder.
BENDICIONES
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