Cuando se deposita la vida completamente en la dependencia de Dios no hay nada ni nadie que le pueda destruir. Satanás no puede, al menos que se de lugar a las dudas y a las palabras negativas. Es por esto que es necesario actuar apoyados en la Palabra de Dios, obedecer a la voz de Dios y no a las palabras negativas o a las dudas.
La persona vencedora es aquella que sabe lo que quiere, es determinada, cree de todo su corazón aún esté rodeada por personas negativas, nadie destruye su fe.
Un ejemplo bíblico es el de Jairo, él era un principal de la sinagoga. Él fue hasta Jesús, para pedirle que curara a su hija, y Jesús le dijo que iría y la sanaría. Mientras este hombre hablaba con Jesús, Satanás envió sus mensajeros, gente con palabras negativas, para destruir la fe de Jairo. Le dijeron que su hija había muerto, que no era necesario más molestar al Maestro, que no había más que hacer, que era imposible… Pero Jesús le dijo: “No temas, cree solamente”. (Lucas 8:40-55).
Durante toda nuestra vida siempre vamos a estar entre dos palabras, la palabra de Dios y la palabra del diablo, la palabra de fe, y la palabra del mal. Pero todo va a depender de la voz que escuchemos, es nuestra decisión.
Nuestra fuerza no está en la fuerza de nuestro brazo, sino dentro de nosotros, porque es con la fuerza de la fe que vamos a vencer. Si usted está en la fe, actúa apoyado en la Palabra de Dios, Él le conduce a la victoria y bendice la obra de sus manos. Dios le da sabiduría, unción, capacidad para vencer, Él abre su visión, Él obra y realiza el milagro en su vida.
El secreto está en usted escuchar la voz de Dios y no dar lugar a las palabras negativas y a las dudas. Si usted cree y se entrega a Dios, usted va a vencer.
BENDICIONES
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