HEBREOS 2:1-3
"Por tanto, es necesario que con más diligencia atendamos a las cosas que hemos oído, no sea que nos deslicemos. Porque si la palabra dicha por medio de los ángeles fue firme, y toda transgresión y desobediencia recibió justa retribución, ¿cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande?"
CUIDAR LA SALVACION
Una de las falsas doctrinas más populares que el diablo ha sembrado por ahí en las iglesias, es que la salvación NO se pierde. El cristiano que cree en esa mentira, vive de cualquier manera, sujeto a sus pasiones, en rebeldía a las autoridades y a la palabra de Dios, sigue toda jugadilla del diablo, tiene amistad con el mundo, vive suponiendo que Dios siempre lo perdona y lo tolera. (Romanos 2:1-16)
Todo aquello que es una media verdad, también es una media mentira.
Muchos ministros "de moda" han estado enseñando por años, las "cosas lindas" del evangelio, sin dejar claro que también hay las "cosas malas".
Dios da pero también demanda. Dios es bueno y siempre está dispuesto a perdonar, pero si el creyente DECIDE pecar, o sea que peca DELIBERADAMENTE, la Biblia enseña que la paciencia de Dios tiene límites... (Hebreos 10:26-39)
Y si teniendo la oportunidad de hacer el bien y vivir en la luz, una persona elige hacer maldad y vivir en tinieblas, DIOS LO REPRUEBA Y LO DESECHA, ya que prefiere tener como amigo al diablo y desprecia el Espíritu Santo. Dios lo entrega a sus elecciones y deja que la persona vaya por sus caminos como le parezca!!! (Romanos 1:28-32)
EL QUE COMENZO LA BUENA OBRA LA TERMINARA
Filipenses 1:6
"Estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra,
la perfeccionará hasta el día de Jesucristo."
El nuevo creyente debe saber que cuando es "salvo" y "liberado" su obra no está completa en Dios, recién empieza!!!!! Cuando una persona comprende, aprueba y se somete al ministerio de Liberación de Jesucristo por medio del Espíritu Santo, esta libertad que ha recibido deberá ser muy bien cuidada, para que los demonios no vuelvan a instalarse y la persona no vuelva a su estado pecaminoso y pervertido.
Pasar por el "Umbral de la Salvación" es apenas el primer paso de un largo caminar que durará toda la vida y llevará hasta el Reino de Dios. Una vez que el Espíritu Santo entra al hombre, ocupa el lugar central de su vida: su ESPIRITU.
Cuando esto sucede, el espíritu del hombre experimenta la libertad producida por su regeneración y limpieza provocada por la presencia y la santidad de Dios mismo!!!!
Cuando esto sucede, el espíritu del hombre experimenta la libertad producida por su regeneración y limpieza provocada por la presencia y la santidad de Dios mismo!!!!
HAY QUE SACAR LOS ABROJOS
Teniendo en cuenta que la Salvación se pierde, debemos pasar por "la puerta estrecha" y cuidar para no salirnos del "camino" que lleva a Dios.
Nuestro cuerpo es como un "osito de peluche" y los demonios son como "abrojos volando". Nuestra naturaleza humana ATRAE a los demonios, siempre están tratando de acercarse, influenciar e invadir nuestras vidas. Depende de uno mismo permitir que se instalen o no. Debemos dejar de actuar como “peluches” y revestirnos de Cristo, vestirnos toda la Armadura de Dios. Les aseguro que ¡no habrá demonio que se acerque! Someternos al Ministerio de Liberación significa que "podemos quitarnos los abrojos".
Todo el mal arraigado en el ALMA y en el CUERPO necesita ser quitado. Para que la obra de liberación sea completa y muestre sus resultados positivos, la persona debe seguir el PROCESO (1 Tesalonicenses 5:21-24). No hay RESTAURACION, si primeramente no hay LIBERACION.
Los demonios deben ser quitados, las heridas del alma deben ser sanadas, los malos hábitos deben ser cambiados, la mentalidad debe ser renovada y las enfermedades del cuerpo deben ser curadas. Eso puede llevar poco o mucho tiempo, según cada persona.
EL HOMBRE NECESITA DE DIOS
Los ataques del enemigo a nuestra vida son siempre DE FUERA HACIA DENTRO, como un virus que penetra el cuerpo y se introduce cada vez más, abriéndose camino entre las diversas partes y órganos, invadiendo hasta que corrompe y deteriora todo el organismo.
La fuerza espiritual de los demonios es mayor que nuestra fuerza humana, entonces los demonios invaden y entran. Solos y por nuestras propias fuerzas y medios no podemos defendernos.
La fuerza del Espíritu Santo de Dios es mayor que cualquier fuerza de los demonios, entonces los expulsa y deja todo limpio otra vez. Dios nos respalda y fortalece.
Nosotros somos como una "vasija" que está llena de "suciedad" por dentro. El "agua viva" que lava y limpia se llama Espíritu Santo y debemos dejar que esa agua entre y llene el interior de la vasija hasta desbordarse. La "suciedad espiritual" se irá desprendiendo con la fuerza del "agua viva" hasta que la vasija quede completamente limpia (Juan 4:1-14).
La obra de santificación que es por el Espíritu Santo, se hace en el hombre DE DENTRO HACIA FUERA (desde su interior) como una fuente, expulsando del cuerpo con AUTORIDAD (EN EL NOMBRE DE JESUS) y PODER (UNCION DEL ESPIRITU SANTO) todo aquello que no proviene de Dios (Juan 7:37-39).
MUERTOS AL PECADO (Romanos 6:11-14)
Romanos
6:11 Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro.
6:12 No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias;
6:13 ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia.
6:14 Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia.
Cuando estábamos SIN CRISTO, éramos esclavos del pecado y no teníamos fuerzas propias para resistir contra esos ataques y agresiones espirituales de los demonios, a tal punto que el pecado nos dominaba y en muchos casos nos acostumbrábamos, en otros casos hasta nos gustaba...
Ahora que estamos EN CRISTO, tenemos el PODER y la AUTORIDAD de Dios en nosotros por medio del Espíritu Santo. Tenemos absoluta potestad de resistirlos y echarlos fuera en el Nombre de Jesús (Lucas 10:19) y de mantenernos limpios por la Sangre de Jesús (1 Juan 1:7-9).
LIBRE ALBEDRIO
Gálatas 5:1
"Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres,
y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud."
Dios puso en el corazón del hombre el libre albedrío, el hombre tiene libertad para ELEGIR lo que quiere, sea bueno o sea malo. Dios no obliga a nadie, si la intención de Dios fuera obligarnos a hacer lo que él quiere, la obra de la Cruz sería en vano, pero como podemos elegir, el hombre se salva POR FE (Efesios 2:1-10).
YO DECIDO MI VIDA
Yo decido si quiero ser esclavo del diablo o si quiero ser siervo de Dios.
Romanos
6:1 ¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde?
6:2 En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?
6:3 ¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte?
6:4 Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva.
6:5 Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección;
6:6 sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado.
6:7 Porque el que ha muerto, ha sido justificado del pecado.
6:8 Y si morimos con Cristo, creemos que también viviremos con él;
6:9 sabiendo que Cristo, habiendo resucitado de los muertos, ya no muere; la muerte no se enseñorea más de él.
6:10 Porque en cuanto murió, al pecado murió una vez por todas; mas en cuanto vive, para Dios vive.
6:11 Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro.
6:12 No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias;
6:13 ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia.
6:14 Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia.
6:15 ¿Qué, pues? ¿Pecaremos, porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia? En ninguna manera.
6:16 ¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte, o sea de la obediencia para justicia?
6:17 Pero gracias a Dios, que aunque erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a la cual fuisteis entregados;
6:18 y libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la justicia.
6:19 Hablo como humano, por vuestra humana debilidad; que así como para iniquidad presentasteis vuestros miembros para servir a la inmundicia y a la iniquidad, así ahora para santificación presentad vuestros miembros para servir a la justicia.
6:20 Porque cuando erais esclavos del pecado, erais libres acerca de la justicia.
6:21 ¿Pero qué fruto teníais de aquellas cosas de las cuales ahora os avergonzáis? Porque el fin de ellas es muerte.
6:22 Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna.
6:23 Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.
VIVIENDO EN EL ESPIRITU
Romanos
8:1 Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.
8:2 Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte.
8:3 Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne;
8:4 para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.
8:5 Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu.
8:6 Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz.
8:7 Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden;
8:8 y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios.
8:9 Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él.
8:10 Pero si Cristo está en vosotros, el cuerpo en verdad está muerto a causa del pecado, mas el espíritu vive a causa de la justicia.
8:11 Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros.
8:12 Así que, hermanos, deudores somos, no a la carne, para que vivamos conforme a la carne;
8:13 porque si vivís conforme a la carne, moriréis; mas si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis.
8:14 Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios.
8:15 Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!
8:16 El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios.
Si yo decido seguir a Cristo, entonces tendré que santificarme, purificarme, limpiarme.
A consecuencia, el Espíritu Santo me dará la valentía y la fortaleza para resistir toda tiniebla, el pecado, los malos hábitos, sujetar la carne, ordenar mi vida y mis caminos ante Dios.
Cuando comenzamos a vivir en ese nivel de limpieza espiritual, comenzamos a experimentar las promesas de Dios, las grandezas de Dios, los poderes de Dios.
Los dones del Espíritu Santo empiezan a desarrollarse en nuestra vida y fluyen hacia los demás. Comenzamos a dejar la vida cotidiana y simple para vivir una vida repleta de testimonios increíbles, episodios emocionantes, situaciones sobrenaturales. Miramos al enemigo de frente sin temor. Caminamos hacia adelante, no de manera pasiva, sino agresiva, porque con "violencia" se arrebata el Reino de Dios de las manos de Satanás.
No fuimos creados para HUIR cada vez que aparece el diablo.
Dios nos ha elegido para que NOSOTROS hagamos HUIR las tinieblas.
En el nombre de Jesús, nosotros AVANZAMOS y las tinieblas RETROCEDEN.
Proclamemos nuestra LIBERTAD, y ayudemos a otros a obtenerla.
Mateo 16:18
… y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella.
AMEN
AMEN
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