lunes, 1 de diciembre de 2014

LA ALEGRIA



"Has cambiado mi lamento en baile; desataste mi cilicio, y me ceñiste de alegría".
Salmos 30: 11



La alegría es como la sal, le da sabor a la vida. Lamentablemente mirando a nuestro alrededor vemos qué poco se ve o se expresa la alegría. Por lo general la gente está más propensa a exteriorizar la tristeza, la amargura y el descontento, generando los mismos sentimientos o estados de ánimo en otras personas y la onda expansiva se extiende cada vez más.

Además de ser vulnerables a estados negativos y depresivos, la mayoría tiene pensamientos de temor al futuro. Piensan que va a sucederles una desgracia o temen a que mucha gente enferme de "estrés", "depresión" y toda clase de desequilibrios mentales; esto se propaga y cada vez hay más víctimas emocionales en este mundo moderno.

¿Qué hacer? ¿Cómo detener esta epidemia que no perdona ni respeta a nadie? Las Sagradas Escrituras reiteradamente nos dicen que la alegría es el remedio y el gozo es la fortaleza que necesitamos. Practique la alegría. ¿¡Cómo si no tengo enpleo!? Pues de la misma forma que encuentra tiempo para enojarse, amargarse, hágase tiempo para la alegría.

 La alegría de ver el amanecer o el crepúsculo. La alegría de una visita a un enfermo. La alegría de perdonar. La alegría de dar a alguien necesitado. La alegría de vencer una tentación. La alegría de obedecer.

 Sí, tome hoy unos momentos para poner en su vida  o en la de alguien unas gotas de alegría. Genere una onda expansiva de gozo y disfrutemos juntos al ver cómo se propaga.


BENDICIONES

No hay comentarios.:

Publicar un comentario