viernes, 16 de enero de 2015

BULIMIA Y ANOREXIA


Mira lo que me compré, mami. Ella le estaba mostrando su nuevo pantalón de jean y su nueva blusa.
Hija, ¿no te parece que el pantalón es un poco bajo? Apenas te cubre el cuerpo, la blusa te da por encima del ombligo. Es muy llamativa.
A esto, la chica respondió: Mami, eres muy anticuada. ¡Esto es lo que se usa!

En esta frase se resumen muchas de las plagas de este tiempo: "¡Esto es lo que se usa!" Si hay algo que un adolescente en búsqueda de su identidad, va a intentar por todos los medios, es vestirse o vivir a la moda. El testimonio de miles de adolescentes de estos tiempos es: "Me levanto cada día buscando sentirme mejor conmigo misma.

 Cuando llega la noche y reflexiono sobre el día, sólo hay una cosa que me permite sentir satisfacción por un instante: Peso unos gramos menos que ayer. ¿Dónde quedaron el resto de mis inquietudes? ¿Qué estoy haciendo con mi vida? ¿Qué soy yo, aparte de mi imagen? ¿Dónde está todo el mundo?"

Todo te empuja a ser una chica como las que salen en las portadas de las revistas. ¡Si supieras que estas chicas hacen unos esfuerzos casi inhumanos para mantener un cuerpo y una imagen que sólo son creación de las revistas y la televisión! Millones de adolescentes se debaten en una batalla contra la báscula. Esa batalla las sumerge en una plaga llamada bulimia o anorexia. Si eres una de ellas, necesitas saber que no podrás solucionar tu situación, a menos que Dios te ayude a encontrar tu verdadera identidad y llegues a conocer el propósito con el cual fuiste creada.

LO QUE SE USA
La plaga de la anorexia o bulimia utiliza como primera premisa este lema: "Destruir la vida de millones". La mayoría de sus víctimas son chicas (y a veces chicos) que corren detrás de la moda; que se quieren ver como modelos de la televisión y de las revistas. En muchos casos, su peso es menor de lo recomendado médicamente para su altura y edad. No obstante, como ya dije, el precio a pagar para verse con "lo que se usa" es una enfermiza obsesión por enflaquecer más allá de los límites normales.

Uno de los semáforos que nos permiten saber si una adolescente ya está en el tobogán de esta plaga, es cuando se la comienza a ver más delgada. Todos lo notan, pero ella todavía cree estar gorda. Se mira al espejo de perfil y se ve extremadamente gorda. Apenas una insinuación de curva en su estómago basta para generar en ella un notable estado de alteración y depresión.

Es el momento de comenzar a hacer algo. Sí, cuando se descubre esa plaga, es necesario comprender que se trata de un problema grave. Por lo general, los padres y la propia adolescente comienzan a tomar medidas cuando en realidad ya es tarde. No sólo tiene ya trastornos en cuanto a la alimentación, sino también psicológicos, además de problemas de conducta en diversos aspectos. Van a hacer falta meses para desandar el camino recorrido, porque ella ahora ha convertido su cuerpo en su identidad delante de los demás, y le va a ser muy difícil aceptar otro cuerpo o ir a comprarse ropa de una talla mayor. Es una pesadilla difícil de resolver.

EL PROBLEMA DE ANA
Ana estudia primer año de high school, y desde que comenzó el curso escolar ha perdido mucho peso. Es una chica disciplinada y se levanta una hora antes cada día para acudir al gimnasio con su padre antes de ir al instituto. Se destaca en su clase por sus altas calificaciones. Es responsable y obediente. Su madre cuida su alimentación y acude a diferentes tratamientos estéticos. Su padre es una persona exigente con su familia.

Hace unas semanas, recibieron una llamada del instituto, porque en la clase de educación física, Ana había sufrido un descenso en la presión arterial, y se había desmayado. Su tutora aseguró que últimamente su rendimiento había disminuido y que se había aislado mucho de sus compañeras.

A la hora de las comidas, Ana parte lo que le sirven en pequeños trozos, que después esparce por el plato para terminar comiendo apenas dos o tres. Se queja de que no tiene hambre, o de que le llenan demasiado el plato. Su madre le ha encontrado restos de comida en los bolsillos de la ropa. No se puede estar quieta y está siempre moviendo las piernas sin finalidad alguna.

Todo empezó cuando surgió un problema en el matrimonio de sus padres. Durante varios meses, y hasta la separación de ellos, a causa de su angustia, aumentó diez libras de peso. En clase, varios compañeros le comenzaron a hacer comentarios negativos sobre su aspecto. Estuvo llorando durante varios días. Nada parecía consolarle, hasta que decidió poner remedio a esa situación.

Su madre no puso inconvenientes a la hora de iniciar una dieta; le recomendó una de las muchas que ella había seguido, y en dos meses, su peso descendió significativamente. Entonces sus amigas empezaron a decirle lo guapa y delgada que estaba, e incluso un chico se interesó por ella, y Ana se sintió profundamente recompensada. Pero al mismo tiempo le vino la idea de seguir perdiendo peso para estar más atractiva aún, y con ella, el temor a defraudar a toda aquella gente que empezaba a creer en ella.

Tenía un miedo horrible a ganar peso y contaba de forma obsesiva las calorías de todo lo que comía. Aun estando muy delgada, se veía gruesa, se le caía el pelo y estaba siempre cansada.

En su mente tenía un sólo objetivo: perder peso, aun a costa de su salud. Sentía que al menos había conseguido algo en la vida: estaba delgada, y si dejaba de estarlo, ¿qué le quedaría?

EL PROBLEMA DE MONICA
Mónica está desconcertada. Cada día se hace el propósito de comenzar una dieta para perder las veinte libras que según ella le sobran. Sin embargo, es incapaz de conseguirlo. Su peso varía; a veces pierde un par de libras, y a la semana las recupera. Su madre se ha dado cuenta de que en los armarios desaparecía la comida. Las galletas, los chocolates y los postres apenas duran un par de días. A pesar de esto, no sabe qué pensar, porque su hija está a dieta y no come esas cosas. Mónica es hija de padres separados, y su madre, por cuestiones de trabajo, no llega a la casa temprano.

Durante su infancia, Mónica fue una chica delgada, pero cuando alcanzó la madurez, su cuerpo cambió y aumento de peso. Desde entonces, empezó a luchar contra la báscula, y empezó a buscar la forma de perder peso rápidamente y sin sacrificio.

Hace unos meses, una compañera de la facultad le confesó que después de las comidas, a veces vomitaba. Ella estaba muy delgada, y a Mónica le pareció una idea fantástica. Así podría comer lo que quisiera y bajar de peso. Decidió seguir con su dieta y de vez en cuando comer dulces y chucherías, para luego vomitarlos.

Lamentablemente, la ansiedad no tardó en aparecer y el ansia por comer empezó a controlar su vida. Comía en exceso cada vez con mayor frecuencia y, aunque vomitaba, su peso no disminuía, por lo que ponía en marcha dietas cada vez más hipocalóricas, que hacían que el hambre y la obsesión por comer la desbordaran.

Mónica ha llegado a vomitar hasta cinco veces en un mismo día, a pesar de observar que sangra cuando lo hace, o que tiene la garganta muy irritada y se marea con mucha facilidad. Hasta el dentista le ha dicho que tiene seis caries más que el año pasado.

Cuando discute con alguien, se siente aburrida, o está en época de exámenes, lo primero que piensa es comer para después vomitarlo. Cree que es la única forma que conoce para eliminar sus estados emocionales negativos.

Ha desarrollado un miedo exagerado hacia la comida; hay muy pocos alimentos con los que se siente segura. Mónica se odia; ha llegado a veces incluso a lastimarse.

 Oculta sus cicatrices con camisetas de manga larga, aun en pleno verano. Sólo una amiga íntima conoce su situación. Ella cree que su único problema es ser obesa, y que a los médicos deben acudir las personas que son esqueléticas; no ella.

ESTA ES LA SALIDA
Después de leer estas dos historias, estoy seguro de que has visto reflejada en ellas alguna situación de tu vida. Tal vez hoy te des cuenta de que hay muchas chicas luchando por salir y que no eres "la única", sino que muchas ya han salido de esta plaga. ¡Hay una salida!

Si hay algo que hace que la plaga anorexia-bulimia perdure en una vida es no reconocer que se está atrapado en ella.

La mayoría de los jóvenes que padecen esta plaga, creen tener todo "bajo control". Piensan que cuando ellos lo decidan, dejarán de tener estos problemas de alimentación. Esa será la mejor defensa para no reconocer el problema. Así, se seguirá agudizando un poco más cada día, hasta que pierdan por completo el control. Por eso, mi consejo es que sigas paso por paso lo que sigue:

PRIMER PASO:
La salida consiste en reconocer lo que te sucede, ya que tal vez en otros aspectos seas alguien tan normal como los demás. No obstante, en lo oculto de tu corazón sabes la verdad. Si hay algo que Dios no puede sanar, son aquellas enfermedades que nosotros no reconocemos: "La oración de fe sanará al enfermo y el Señor lo levantará. Y si ha pecado, su pecado se le perdonará. Por eso, confiésense unos a otros sus pecados, y oren unos por otros, para que sean sanados" (Santiago 5:15).

SEGUNDO PASO:
Saber que para cumplir el propósito de Dios en tu vida, la clave no radica en cómo te ven los demás, sino en cómo te ve Dios. En la Biblia está la historia de alguien a quien se considera como uno de los más grandes líderes de Israel. Su nombre es Moisés. En realidad, era un hombre tartamudo, y les tuvo que llevar con sus labios el mensaje de Dios a su nación y al faraón.

"Señor, yo nunca me he distinguido por mi facilidad de palabra, objetó Moisés. Y esto no es algo que haya comenzado ayer ni anteayer, ni hoy que te diriges a este servidor tuyo. Francamente, me cuesta mucho trabajo hablar. ¿Y quién le puso la boca al hombre?, le respondió el Señor. ¿Acaso no soy yo, el Señor, quien lo hace sordo o mudo, quien le da la vista o se la quita? Anda, ponte en marcha, que yo te ayudaré a hablar y te diré lo que debas decir" (Éxodo 4:10).

Dios no mira lo mismo que mira el hombre. Dios mira tu corazón. Ni siquiera tiene en cuenta lo que piensas de ti misma. Él te ha hecho única e irrepetible. Entiéndelo: ¡para Dios eres muy especial!

TERCER PASO:
Necesitas saber que nuestro exterior es simplemente una cáscara que cubre algo hermoso. Ese algo hermoso es nuestro interior. La "cáscara", al pasar los años, se irá desgastando hasta no ser necesaria, de manera que llegaremos al Señor con el brillo de nuestro ser interior. "Al contrario, aunque por fuera nos vamos desgastando, por dentro nos vamos renovando día tras día" (2ª Corintios 4:16).

Mira a tus abuelos y fíjate en una cosa: aquello que parecía eterno no lo es. Porque es verdad que lo importante es invisible para los ojos. "Así que no nos fijamos en lo visible, sino en lo invisible, ya que lo que se ve es pasajero, mientras que lo que no se ve es eterno" (2ª Corintios 4:18).

La moda cambia cada tres meses. Tal vez tengas dinero para estar a la moda, y tal vez no. Dios te ha elegido para que formes parte de un ejército que no pasa de moda. Aunque utilicemos herramientas y armas como la música, el rap, el hip-hop o las comidas que damos en las calles, sí hay algo que no cambia: el mensaje de amor que les podemos llevar a los demás.

No es la imagen; no es el "look". 
ES LO QUE ESTA EN TU CORAZON.

BENDICIONES

jueves, 15 de enero de 2015

PALABRAS DE BENDICION

Es increíble lo hondo que pueden llegar las palabras que decimos. En una ocasión escuché la frase: “¡piedras y palos podrán herirme, pero tus palabras jamás!” No encuentro una expresión tan alejada de la realidad como esta. Las palabras siguen siendo una poderosa arma la cual puede ser usada para construir o para derribar.

Se hizo una vez un experimento con un hombre, al cual lo pusieron con los pies descalzos dentro un balde de agua con hielo. Justo antes de entrar en estado de hipotermia, se midió el tiempo que este hombre había durado. Días mas tarde, cuando estuvo 100% recuperado, se volvió a hacer el experimento. Esta vez había una persona a su lado, la cual estaba constantemente animándolo y dándole palabras de aliento. “Vamos”, “adelante”, “tu puedes, no te rindas”. Para sorpresa de todos, al finalizar el ejercicio, ¡este hombre había doblado el tiempo anterior!

La sociedad moderna entiende esto muy bien, al punto que la publicidad actual le habla al joven de una manera positiva. Es tan simple como escuchar lo que compañías como la Coca Cola en los refrescos, Nike y Adidas en el calzado, Pantene en el tratamiento del cabello y aun Johnny Walker con el whisky, están diciendo. ¿Qué pasa dentro de la iglesia? ¿Cuál es la campaña que hacemos para nuestros jóvenes? ¡Los chicos reciben rechazo verbal en la escuela, en casa, entre sus amigos, y ¿encima tienen que escucharla en la iglesia?!

Nuestra amada pero machista Latinoamérica nos tacha de “poco hombres” si expresamos cosas positivas a los demás y aun mas de “raros” si lo hacemos con otro varón. ¡Tira esa mentira a la basura y bendice a otros! En Efesios 4 Pablo nos habla de la NECESIDAD que tenemos de ser bendecidos por los demás a través de nuestras palabras. Es mas, dice claramente que dejemos de sacar palabras podridas de nuestra boca (aunque no me lo creas, pregúntale a tu pastor) y hablemos algo que edifique. Deja de lado los estereotipos. Aun si no eres de esos “que habla así”, entrénate, esfuérzate, y habla palabras de bendición. No necesitas un cumpleaños o navidad para expresarte bien de los demás. Pueden ser palabras sencillas que alimenten el espíritu de los demás: “gusto en verte”, “cuídate”, “que bueno que llegaste”, “que lastima que te vas”, “que bueno trabajar contigo”, “que bien te queda ese corte de cabello”, etc.

Ahora, ¡Ten cuidado!: algunas palabras pueden ser malinterpretadas y debes cuidarte de eso. Un amigo dice: “no es solo ser una buena persona, sino aparentar serlo” ¿En serio? ¿Así de superficial? ¡Pues si!, la Biblia habla de no ser piedra de tropiezo a nadie. Así que la próxima vez que quieras hablar positivamente a alguien, te en cuenta algunas cosas:
1. Si es del sexo opuesto.
2. S tiene novio o novia.
3. Si tienes algún tipo de atracción por el o ella.
4. Si el o ella tiene algún tipo de atracción por ti.
5. Si es un o una líder
6. Si es mayor o menor que tu
7.¿… entendiste la idea? ¡¡¡CUIDATE!!! Que nadie tenga nada malo que decir de ti.

¡¡Entonces, ahora a bendecirnos con nuestras palabras, Amen!!

BENDICIONES

martes, 13 de enero de 2015

CONOCER PARA CRECER




¿Cómo podrá un joven portarse rectamente? Viviendo de acuerdo a tu palabra. 
(Salmos 119:9)

ADOLESCENTES... ¿CUANDO EMPEZAR A EDUCAR? 

No son chicos, tampoco son grandes. Se molestan cuando uno los trata como nenes, les da consejos o sugiere algo... ¡quieren ser grandes!
Pero no asumen responsabilidades, no demuestran interés, ni quieren vivir como adultos. ¡Son ellos! Los adolescentes. No son una “especie” en extinción, al contrario. Es una etapa que nuestra sociedad posmoderna consagra, sin darles la salida, ni permitirles crecer y desarrollarse integralmente como personas.

Por eso necesitamos, CONOCER para CRECER...

Francoise Doltó, psicóloga francesa, en su libro “Palabras para Adolescentes o El complejo de la langosta”, caracteriza esta etapa como tal. Los langostinos de mar, cuando cambian el caparazón pierden primero el viejo y quedan sin defensa por un tiempo, hasta fabricar uno nuevo. Durante este tiempo se halla en gran peligro. Para los adolescentes viene a ser la misma cosa. Y fabricar un nuevo caparazón cuesta lágrimas, dolor y sudor de parte de todos. En las aguas del langostino sin caparazón hay casi siempre un congrio,  es un pez parecido a la anguila,  que acecha, listo a devorarlo. ¡La adolescencia es el drama del langostino! En esta etapa de la vida son totalmente vulnerables a los peligros internos y externos. Internos puede ser aquel niño que está dentro y que no quiere crecer, para no perder la protección de sus padres; o aquel niño colérico que cree que llevándose todo por delante, “comiéndose” al adulto se vuelve adulto. Externos son esos adultos peligrosos, a veces aprovechadores, que dan vuelta a su alrededor porque los sienten vulnerables. Nuestra sociedad de consumo que les muestra de todo, sin discriminar, ni advertirles de ciertos peligros, ofreciéndoles droga, sexo libre, alcohol, violencia y tantas otras cosas que a través de los medios nos empiezan a resultar comunes y normales, cauterizando nuestra conciencia, nuestra moral, nuestros principios.

Así viven de alguna manera nuestros adolescentes este tiempo de cambio, siendo totalmente vulnerables por todo lo que nos rodea en esta etapa de la vida.

Los niños bellos, cariñosos y alegres de ayer se convierten en muchachos y chicas huraños, quejosos, tristes o introvertidos. ¿Qué sucede con los adolescentes de hoy? ¿Por qué son tan rebeldes? ¿Tan descorteses? ¿Tan aburridos consigo mismo y desinteresados en la vida? Todo lo que quieren hacer, aparentemente, es andar con una banda de amigos y escuchar música a todo lo que da.

Los adolescentes siempre fueron rebeldes, en una u otra medida. Siempre han sido descorteses, indiferentes a los adultos y difíciles de conformar. Recuerde por un momento su adolescencia. Su mamá se quejaba por las cosas desordenadas, por el tipo de ropa que usaba. Su papá le pedía que baje la música, etc. El conflicto entre los padres y sus hijos adolescentes está documentado en toda la historia.

Sí, dice usted, tal vez siempre haya habido conflictos, pero hoy las cosas están peor que nunca. A propósito de esto, preste atención a la siguiente frase: “No veo esperanza para el futuro de nuestro pueblo, en tanto dependa de la frívola juventud de hoy, pues todos los jóvenes son increíblemente imprudentes... Cuando yo era niño se nos enseñaba a ser discretos y respetuosos con los mayores, pero los jóvenes de la actualidad son demasiado avisados y la sujeción los impacienta”. ¿Sabe quién dijo esto? Hesíodo en el siglo VIII antes de Cristo. Por lo tanto, no hay duda que podemos asegurar que desde la antigüedad y a través de los siglos ha existido este conflicto.

Los problemas son una parte muy normal del crecimiento de los jóvenes. Aquel niño hermoso, cariñoso, considerado y obediente que usted conoció. ¡No tiene retorno! Por eso, es importante informarnos e interesarnos en cómo poder ayudarlos y empezar a entender qué es lo que está necesitando.

Ayudarlo en esta etapa definitoria del crecimiento tiene que ver con lo que hicimos antes de llegar a ella. ¿No podemos educar a nuestro hijo adolescente? ¿Nuestra autoridad se ve cuestionada? Claro que sí, es parte del desafío que le representa esta edad, pero aún así debemos seguir poniendo límites, porque es lo que ellos siguen necesitando y pidiendo a pesar de que manifiesten lo contrario.

¡Pero empecemos antes! La responsabilidad no nace en la adolescencia, la capacidad de elegir no nace en la adolescencia, la independencia no nace en la adolescencia...Allí se manifiestan. Allí comienza a brotar. Allí empieza a crecer y desarrollarse desenfrenadamente... ¿hacia dónde? ¡Eso es los que nos preocupa a padres, docentes y líderes que trabajan con ellos!

Como todo brote eso va a depender de las medidas que hayamos tomado antes, va a depender de haber tenido en cuenta qué sembramos en nuestros hijos desde su niñez temprana, va a tener que ver con aquellos “tutores” que hemos elegido para ayudar a nuestra pequeña planta, antes de que se convierta en árbol.

Muchos padres llegan a la escuela preocupados por sus hijos a la edad de 11 o 12 años o pensando en prever el fracaso en su ingreso a la escuela secundaria y buscando un ambiente que sea contenedor para su hijo en esta etapa y muchas veces... ¡¡se llega tarde!!

Preocuparnos por comprender la situación difícil que atraviesa el adolescente es muy importante, tratar de entenderlo y mantener un diálogo fluido con ellos también. Pensar en la educación, en los amigos y en el contexto en donde transite esta etapa difícil, es fundamental.

Sobre todas las cosas, necesitamos prever. Como decíamos antes, cuando todavía son niños bellos, cariñosos y alegres, que se deslumbran por todo lo que hace papá y mamá como “superhéroes”, ése es el tiempo para hablar, porque aún nos escuchan. Es el tiempo para medir bien cómo invertimos las horas con nuestros hijos. Es el tiempo para pensar en qué ámbito están creciendo, con quiénes se están relacionando en la escuela, qué amistades están formando, qué valores están recibiendo de sus docentes.

¡Éste es el tiempo de cuidar nuestra planta y afirmar sus tutores! Para que cuando surja el brote vertiginoso que lo lleva a convertirse en árbol, hayamos puesto bases firmes.

Vamos a transitar la turbulencia de la edad... ¡es un proceso inevitable en padres e hijos! Vamos a ver al árbol agitarse con el viento, sufrir los rayos penetrantes del sol del verano, soportar el frío crudo del invierno; pero si desde la niñez hemos atendido qué semillas plantamos, qué valores fundamos, qué amistades y líderes los influyeron, podremos disfrutar al contemplar sus frutos y luego sí, descansar bajo su sombra.

BENDICIONES

domingo, 11 de enero de 2015

LOS ADOLESCENTES Y LOS VALORES CRISTIANOS( 2a. Parte)




Analicemos algunos principios importantes para enseñar a los adolescentes los valores cristianos.

Transformar la iglesia en un espacio de encuentro, aceptación y participación. 
Los adolescentes se integran a las iglesias en las que se sienten aceptados y no cuestionados por sus culturas. En muchas iglesias encuentran incomprensión, críticas y rechazo a su forma de vestirse, su música y otros aspectos de su cultura. Es importante fomentar en la iglesia un clima de comunicación, diálogo, escucha, aceptación y amor, para saber qué sienten, qué anhelan, qué problemas e inquietudes tienen y poder apoyarlos. Pero también es necesario darles oportunidades para expresarse, opinar y participar activamente en la iglesia. Nos vamos a sorprender de la frescura, autenticidad y creatividad con la que muchos adolescentes viven la vida cristiana. Podremos aprender de su sinceridad y entusiasmarnos al ver sus capacidades y sus dones en acción. Y así todos juntos podremos crecer en la adopción de un estilo de vida acorde con los valores del reino de Dios.

Fomentar la formación de grupos de adolescentes en las iglesias. 
Cuando los adolescentes encuentran en la iglesia un grupo al cual pertenecer pueden tener un espacio y un tiempo para examinar sus ideas y valores comparándolos con los de los otros, discutir con sus iguales y analizar distintas perspectivas. Pueden identificarse con otros adolescentes que vivan de acuerdo con los valores y principios cristianos, y ser modelos los unos para los otros. Pueden encontrar apoyo emocional que les dé fuerzas para enfrentar las presiones de otros adolescentes cuyos valores y estilo de vida difieren de los cristianos.
En el grupo se pueden desarrollar actividades que les permitan conocerse mejor a sí mismos y como grupo, actividades para desarrollar su autonomía y responsabilidad y para mejorar su autoestima. Todo esto los fortalecerá para atreverse a adherir y mantenerse viviendo según los valores cristianos.

Acompañarlos en el proceso de cambio de identidad que viven los adolescentes. 
¿Quién es y quién quiere ser en la vida? Son preguntas cruciales para todo adolescente. La identidad adolescente sufre profundos cambios. En la tarea de construcción de la identidad adolescente, las áreas ideológica y espiritual son muy importantes. El adolescente vive un proceso por el cual su adhesión a normas, valores y creencias ya no es impuesto como en las primeras etapas de la vida sino que llega a ser autónomo. Es necesario acompañarlos en ese proceso de construcción de una moral autónoma, mediante la explicación y el diálogo cuando se establecen normas, mediante la discusión y clarificación de los propios valores, de los de otros y de la sociedad, y ayudarlos a desarrollar criterios para tomar decisiones, para saber decir no y hacer frente a las presiones del grupo cuando sus valores entran en contradicción con un estilo de vida cristiano.
Para esto es muy importante fortalecer su autoestima y su capacidad para tomar y mantener sus decisiones, pues atreverse a ser diferente en una etapa en la que el grupo de pares tiene tanta relevancia, requiere una gran fortaleza emocional y espiritual, así como un pensamiento claro y consciente de las metas y de las consecuencias de cada decisión.

Buscar líderes apropiados para los grupos de adolescentes. 
Los líderes apropiados son aquellos que aman a los adolescentes, están abiertos a aprender de ellos, comprenden sus culturas, se sienten cómodos liderando ese grupo, son accesibles, saben escucharlos, disponen de tiempo, tienen buen humor y saben contenerlos cuando lo necesitan. Es importante que haya líderes de ambos sexos que vivan un cristianismo auténtico y transparente regido por los valores del reino de Dios, para poder ser buenos modelos para los adolescentes. Una de las mejores formas de enseñar a los adolescentes los valores cristianos es que ellos los vean en nuestras vidas. Cuando eso ocurre, si hemos establecido con ellos vínculos afectivos y una buena comunicación, se podrá producir un proceso de identificación que los llevará a querer ser como nosotros, y si nosotros estamos siendo como Cristo, los estaremos ayudando a parecerse también a Él.

ESTRATEGIAS QUE SE PUEDEN EMPLEAR
El aprendizaje de determinados valores y actitudes, y la adopción de un estilo de vida coherente con ellos es un proceso que implica procesos cognitivos, afectivoemocionales, conductuales y espirituales. Las estrategias de enseñanza deben apuntar a lograr cambios en todas las áreas de vida de la persona. Es posible estar de acuerdo con determinados valores y no vivir en consonancia con ellos. Es decir, que si desarrollamos una enseñanza que apunte solamente al pensamiento de los adolescentes no se lograrán necesariamente cambios profundos en sus vidas. De ahí la necesidad de implementar estrategias variadas, que tengan en cuenta a la persona total, que sirvan para educar las emociones, que los ayuden a concretar cambios de valores y actitudes. Analicemos algunas de las estrategias que se pueden implementar.

Estudios bíblicos participativos: la enseñanza y el aprendizaje de la Biblia pueden ser una dinámica e interesante experiencia si se promueve la participación de los adolescentes por medio de preguntas, debates, discusiones, dramatizaciones, entre otras estrategias. Guiarlos a interrogar a la Biblia a partir de sus problemas e inquietudes y a estudiar la vida de hombres y mujeres que si bien vivieron en contextos distintos de los actuales, tuvieron problemas y crisis existenciales semejantes a los que viven los adolescentes en los aspectos esenciales, les permitirá identificarse con sus emociones, aprender de sus éxitos y fracasos, y encontrar valores y principios de vida acordes con la voluntad de Dios. Uno de los aspectos más importantes para el aprendizaje de valores cristianos es la elaboración de principios de vida por parte de los adolescentes y la contextualización de los mismos a sus propias vidas y situaciones particulares por medio de las siguientes estrategias.

Dilemas morales: son elecciones que implican competencia u obligaciones con conflicto moral. Por ejemplo: ¿qué es más importante, nuestros principios o la amistad? ¿los valores de los adolescentes o los valores cristianos? También es necesario tomar conciencia acerca de la responsabilidad que encierran las decisiones propias. El pensamiento crítico en la resolución de dilemas morales implica la adopción de una postura crítica respecto de las posibles alternativas. Plantear dilemas morales a los adolescentes los ayuda a mejorar sus procesos de pensamiento y a comprender cuáles son las opciones más adecuadas. Veamos un ejemplo de dilema moral:
Los adolescentes del grupo de la iglesia quieren conseguir un equipo de audio más potente. Un amigo de la escuela le ofrece conseguir uno al tercio del precio que se paga en el mercado. El chico se entusiasma y lo comenta en el grupo de la iglesia. El líder propone discutir qué decisión tomar al respecto. Se analizan los siguientes aspectos: 
A)Ventajas de comprarlo. 
B)Objeciones a su compra. 
C)Valores en juego. 
D) Principios bíblicos que pueden ayudar a tomar una decisión adecuada.

Debates y discusiones: La discusión crítica implica comunicación, es esencial para resolver conflictos interpersonales. Es una discusión que examina y cuestiona críticamente elecciones individuales o grupales y procede a validarlas desde un punto de vista normativo, justificándolas. A veces cuesta ser crítico respecto de las propias decisiones y es fácil serlo respecto de las decisiones de los demás, por lo que es bueno someter a discusión crítica nuestras decisiones.

Narraciones, historias, cuentos: apelan a las emociones de las personas. Sirven de inspiración y estímulo al cambio de actitudes.

Dramatizaciones: es una de las estrategias más importantes para la modificación de actitudes pues se produce un proceso de identificación por el cual se aprenden e internalizan valores y actitudes.

Convivencias: el compartir momentos de vida favorece el aprendizaje por medio del modelado y la resolución de problemas reales que surgen, como conflictos entre grupos, discriminaciones, resistencias a colaborar en actividades necesarias para la vida con otros como servir la comida, entre otros, que permiten el análisis y la adopción de los valores cristianos.

Proyectos: a partir de un problema o una necesidad se pueden organizar grandes actividades que permitan la práctica de los valores cristianos, como por ejemplo, organizar una fiesta para festejar los cumpleaños de las niñas y los niños en un barrio carenciado, grabar un CD con canciones compuestas por ellos en el que expresen lo que sienten y lo que aprendieron en el grupo.

Análisis de canciones, poesías, cartas y artículos periodísticos: es muy útil armar un archivo de estos elementos culturales de actualidad pues son buenos disparadores para la discusión de los valores, los problemas, las emociones que se comunican con ejemplos reales. A modo de ejemplo, un artículo periodístico que guardé para trabajar con adolescentes: “Un alumno de una escuela baleó a un compañero. Los dos chicos tenían 13 años. El agresor estaba cansado de las cargadas del otro muchacho...” A partir de la lectura del artículo se puede hacer una interesante discusión acerca de la violencia, de las bromas que lastiman emocionalmente a otros, de las formas de resolver conflictos de acuerdo con los principios y valores del reino de Dios.

Análisis de casos: se trata de situaciones reales o ficticias relacionadas con la vida de adolescentes que permitan analizar los problemas y las decisiones que se tomaron o se pueden tomar teniendo en cuenta los valores y principios bíblicos que se están trabajando. Un ejemplo de un caso: un adolescente cristiano es instado a participar de una competencia que consiste en ver quién puede beber más alcohol. ¿Qué tendría que hacer?. También podría plantearse en forma negativa: Un adolescente cristiano participó de un “juego” que consistió en ver quién bebía más alcohol. Al día siguiente cuando se despertó de la borrachera se sentía muy mal. ¿Qué puede hacer? ¿Qué tendría que hacer en el futuro para evitar esta situación? ¿Cómo podría resistir la presión de sus amigos? Es importante enseñarles a buscar alternativas y distintas maneras de decir no.

Películas: se pueden ver películas enteras o partes de ellas para analizarlas luego y debatir acerca de los valores observados. También puede discutirse acerca de películas que ellos hayan visto en la televisión, el cine o en videos.

Diarios personales: los adolescentes pueden escribir en diarios personales los problemas que tuvieron, sus emociones y sentimientos, las decisiones que tomaron y las dificultades que tuvieron para adoptar y mantener los valores cristianos. Pueden escribirlos para sí mismos y si lo desean compartirlo en el grupo de adolescentes.
Es importante tener en cuenta que como estamos hablando de estrategias, han de emplearse de modo flexible según las finalidades que se persigan, el tiempo disponible, los contextos y los adolescentes que lideremos. Y ahora les cuento cómo terminó mi entrevista a los adolescentes de la iglesia que visité.

ADOLESCENTES BUSCAN IGLESIA
Como les dije, en esa iglesia había adolescentes que no pertenecían a ninguna banda o grupo y otros que pertenecían a algunas de estos grupos: punks, heavy metal, new metal, alternativos y un hippie. ¿Por qué estaban en esa iglesia? Dijeron que habían encontrado aceptación, no se sentían discriminados. En otras iglesias se alejaban de ellos y ellas, dejaban un banco de separación. En otras, los saludaban en la iglesia pero si se encontraban en la calle y ellos los saludaban, miraban para otro lado. Los adolescentes dijeron que ellos también estaban aprendiendo a no discriminar. “Por medio de Cristo nos unimos todos. En la calle ni siquiera nos hablaríamos, discutiríamos o nos pelearíamos”, dijo un muchacho punk. Esos adolescentes tenían una experiencia profunda con Cristo y querían ayudar a otros adolescentes a encontrarlo también, para lo que habían armado un conjunto de rock cristiano y publicaron un folleto para compartir su fe con otros adolescentes.

Una chica comentó que hace sólo 4 meses que está concurriendo a esa iglesia. Ella escuchaba música heavy metal y le gustaban canciones de grupos cristianos aunque no lo sabía. Conversando con un vecino que escuchaba a esos mismos grupos le dijo que eran cristianos y la invitó a la iglesia. “Ahora estoy dejando de escuchar las otras canciones porque no me gusta lo que dicen, hablan de drogas y de otras cosas que no están de acuerdo con mi fe cristiana”, comentó.
Nos costó conseguir iglesia, dijo una chica perteneciente al grupo heavy metal. En algunas iglesias nos querían cambiar. Querían que nos vistiéramos de otra forma, pero yo no voy a cambiar. Ésta es mi cultura, enfatizó.
No tienés por qué cambiar, mientras tu cultura no entre en contradicción con los valores cristianos, le contesté.
Me miró sorprendida y se quedó pensando. Yo también me quedé pensando en lo que ella había dicho: “Nos costó conseguir iglesia...”

Espero les sea un poco de ayuda este tema y comprendamos un poco mas a los adolescentes que quieren integrarse al cuepo de Cristo, no juzguemos por su forma de vestir sin antes conocer su interior, recuerden Cristo es el único que cambia y se que algún día volveré a ver a estos jóvenes renovados y cambiados en su forma de vestir.

BENDICIONES

viernes, 9 de enero de 2015

LOS ADOLESCENTES Y LOS VALORES CRISTIANOS( 1a. Parte)

Acabo de visitar una iglesia en la que encontré un hermoso y variado grupo de adolescentes y jóvenes. Se habían sentado al fondo del salón, separados de los adultos que estaban adelante, pero participaban de la reunión con interés. Algunos lucían crestas de colores en sus cabelleras, otros el cabello largo y otros corto. Abundaban los cinturones y las pulseras metálicas, las zapatillas y las playeras negras. En fin, se podía observar una variada colección de moda adolescente. Inclusive estaban aquellos chicos y chicas que lucían playeras y pantalones que usted o yo nos animaríamos a usar. Se notaba que eran amigos entre sí pues al terminar la reunión conversaban muy entusiasmados. Era evidente que se sentían cómodos en esa iglesia, de lo contrario no hubieran estado allí.
¿Cómo habían llegado a esa iglesia? ¿Por qué estaban cómodos allí? ¿Qué es lo que lleva a los adolescentes a “huir despavoridos” de algunas iglesias y a integrarse a otras? ¿Cómo era posible que adolescentes que manifestaban tanta diversidad, conformaran un grupo? ¿A qué culturas adolescentes pertenecían? ¿Eran adolescentes cristianos y cristianas dispuestos a vivir de acuerdo con los valores del reino de Dios? Al finalizar el culto me acerqué para preguntarles pues sé que los adolescentes cambian tanto, que los libros que hablan sobre ellos pronto quedan desactualizados y es imprescindible dialogar con ellos para entenderlos y aprender de ellos. Les dije que quería conocer sobre sus culturas. Una sonrisa les iluminó el rostro y comenzaron a hablar de sus vidas, de sus dolores, de sus proyectos y del camino recorrido hasta llegar a encontrarse con Cristo y congregarse en esa iglesia,. Esos chicos y chicas “la tenían clara”. Vivían un cristianismo sin molde, fresco, auténtico y contagioso. Tan contagioso que cada vez había más adolescentes en ese grupo.
En ese grupo había chicos y chicas que en la calle no hubieran conversado entre sí, pues pertenecían a bandas enemigas. Más aún, un muchacho punk estaba de novio con una chica heavy metal. Según me dijeron, habían estado “en la pesada” hasta que tuvieron un encuentro con Cristo y comenzaron a cambiar profundamente. Mientras conversaba con esta pareja, se acercó un adolescente vestido según la moda general y me dijeron que era new metal y que los heavy metal y los new metal no se llevan bien, pero que ellos eran amigos. Contabilicé en esa iglesia adolescentes que pertenecían a 5 gruposs urbanos distintos y adolescentes que no pertenecían a ninguna banda o grupo. Mi asombro aumentaba cada vez más, pero antes de relatarles cómo terminó mi conversacion, me parece necesario aclarar algunos conceptos importantes. ¿Por qué hablamos de culturas adolescentes? ¿Qué son los grupos o bandas urbanas?

LAS CULTURAS ADOLESCENTES
Los adolescentes no son todos iguales pese a que con frecuencia hablamos de la adolescencia como si hubiera una única y universal manera de ser adolescente. La adolescencia comienza con los cambios biológicos que determinan la maduración física y sexual, sin embargo cómo se desarrolla, cuándo termina y qué significado adquiere esta etapa de vida, depende en gran medida del contexto sociocultural en que se vive.

Los adolescentes representan, producen y comunican distintas “culturas adolescentes”. La cultura es el conjunto de conocimientos, valores, prácticas, creencias, artefactos que se adquieren por vivir en determinado contexto social, que configura una trama de significados compartidos desde la cual nos comunicamos. Las culturas adolescentes son las distintas maneras en que ellos expresan colectivamente sus experiencias sociales construyendo estilos de vida distintivos que se manifiestan en especial en el tiempo libre o en espacios específicos que generan en distintas instituciones o lugares.

Según los sectores sociales de los que provengan, que dependen de la familia de origen, del barrio, de las escuelas, las iglesias, los clubes, las amistades y otras instituciones o redes sociales, los adolescentes adquieren distintos valores, expectativas y normas de conducta con los que construyen estilos de vida propios. Otro aspecto importante en la construcción de las culturas adolescentes es la generación, pues quienes han nacido en determinado momento histórico comparten sucesos, costumbres, modas y valores comunes.

Las culturas adolescentes se construyen entonces, con elementos provenientes de las identidades generacionales, de clase, de género, etnia y territorio. Incorporan elementos provenientes de la moda, la música, el lenguaje, las prácticas culturales y las actividades que realizan. Las fronteras entre las distintas culturas adolescentes no son estáticas ni infranqueables. Por el contrario, los adolescentes no se identifican siempre con el mismo estilo sino que reciben influencias de varios estilos y a menudo construyen su propio estilo, que depende de sus gustos estéticos, musicales, sus valores, y de los grupos primarios con los que interactúan.

Los adolescentes se relacionan de distinto modo con la cultura dominante de la sociedad, según la cultura adolescente a la que pertenezcan. Algunos se relacionan conflictivamente, son los adolescentes que los adultos vivencian como “rebeldes”; otros se integran por lo menos en forma parcial, son los “buenos estudiantes y laboriosos”.

Las condiciones socioculturales imperantes en la actualidad favorecen el surgimiento de distintas culturas adolescentes, las atraviesan con sus valores o “antivalores”. No es casual que en la cultura posmoderna que promueve la falta de certezas, el escepticismo, la falta de proyección de futuro, el consumismo, la búsqueda de placer, el individualismo, en una sociedad que tiende a la fragmentación y la desigualdad, hayan surgido tantas culturas adolescentes. Analicemos a continuación un interesante fenómeno relacionado con estas culturas que se ha denominado grupos o bandas urbanas.

LOS GRUPOS O BANDAS URBANAS
Los grupos o bandas urbanas son agrupaciones de jóvenes que aparecen en las grandes ciudades, que comparten los mismos gustos musicales, realizan las mismas actividades, eligen vestirse de modo similar, poseen hábitos y valores comunes. Los adolescentes pueden identificarse con otros adolescentes que viven lejos geográficamente pero que comparten los mismos gustos y costumbres por pertenecer al  mismo bando. Entre los gruposo bandas urbanas podemos mencionar a los góticos, los punks, los skinhead, los sharps, los heavies, los hardcores, los rockers y las barras bravas. La mayoría de los adolescentes que forman parte de estos bandos urbanos provienen de sectores urbanopopulares que viven en la marginalidad, cuyas necesidades básicas no están siendo satisfechas, no tienen acceso a una buena educación ni esperanza de conseguir en el futuro un empleo, cuyas vidas giran en torno a la inactividad.

En los grupos urbanos pueden confluir distintas bandas, conformadas por adolescentes que se parecen y se reúnen voluntariamente por el placer de estar juntos. Las bandas son una forma de microcultura emergente en sectores urbanopopulares. Utilizan el espacio urbano para construir su identidad social. Cada banda puede caracterizarse por un estilo determinado o por una mezcla de estilos. Cuando la banda se hace durable se transforma en un grupo primario, pero entonces cambia sus características: afianza los valores comunes, distingue roles, fija objetivos más allá de la reunión por el placer de estar juntos que es propio de la banda.

En una cultura globalizada dominada por las comunicaciones que le quitan sentido a los espacios pues se anulan los límites y las fronteras, en una sociedad que les cierra las puertas y les niega espacios, los adolescentes crean sus propios espacios, se apropian de lugares en las calles en los que se reúnen a conversar y a beber cerveza. Allí se acentúa lo que tienen en común y disminuye lo que los separa. El adolescente ahí se siente alguien pues es un miembro de una banda o de una tribu. Encuentra un conjunto de normas específicas que respeta para construir su imagen, una serie de actitudes, comportamientos y valores a los que adherir, ahí puede luchar contra la sociedad adulta, puede usar la violencia sin necesidad de ocultarla.

La búsqueda de pertenencia e identidad es lo que está en la base de estos fenómenos. Durante la adolescencia se modifican las relaciones que los adolescentes tienen con sus familias y cobran vital importancia las relaciones que establecen con otros adolescentes. De ahí la relevancia que adquieren los grupos, bandas, pandillas y tribus urbanas en la vida de los adolescentes. Muchos de ellos establecen una dependencia excesiva de las normas, pautas culturales y valores de sus grupos, por la seguridad que les otorga el pertenecer a ellos. Algunos adolescentes de sectores populares, en lugar de integrarse a bandas o grupos urbanos, se integran al mundo del hampa y es interesante destacar que otros se están incorporando a iglesias evangélicas.

ADOLESCENTES, IGLESIAS Y VALORES CRISTIANOS
Todos los adolescentes necesitan un grupo de pertenencia con el cual identificarse y no sólo los que pertenecen a estos grupos urbanos o bandas. Como ya vimos, ellos transfieren al grupo la dependencia que antes tenían de sus padres. Muchos adolescentes se acercan a las iglesias en búsqueda de un grupo de pertenencia, de lazos profundos y amistades. Cuando los encuentran, se quedan, de lo contrario se van. Otros han concurrido de pequeños a la iglesia con sus padres y al llegar a la etapa de la adolescencia se replantean profundamente su fe; si no encuentran en la iglesia un grupo de adolescentes con los cuales identificarse y una comunidad que los acepte, contenga y acompañe en este proceso, es muy probable que se alejen de ella. Éste era el caso de algunos de los adolescentes con los que converse. Al cumplir 11 ó 12 años se alejaron de la iglesia y del Señor, cayeron en la droga, el alcohol, la vida desenfrenada, pero felizmente, entre los 15 y 17 años, habían vuelto al Señor, aunque ninguno volvió a la iglesia de su niñez.

No es fácil ser adolescente hoy, y más difícil aún es ser adolescente cristiano. Muchos de los valores y prácticas de las distintas culturas adolescentes entran en contradicción con los valores cristianos. La vida cristiana comienza con el nuevo nacimiento pero luego implica un desarrollo que debería llevar a la adopción de un estilo de vida distintivo, con nuevos valores y formas de conducta. Como afirma la Biblia, si alguno está en Cristo, es una nueva persona. Por eso ya no piensa de nadie según los criterios de este mundo. Por eso ya no vive para sí mismo sino para Cristo (2° Co. 5:15-17). El mandato de no conformarnos a este mundo es también para los adolescentes cristianos. ¿Cómo ayudarlos a que sean cristianos sin dejar de ser adolescentes? ¿Cómo ayudarlos a ser adolescentes cristianos? ¿Cómo lograr que se integren a la iglesia y que en ella encuentren una comunidad en la que puedan comenzar su vida cristiana si no lo han hecho antes y desarrollarse en forma integral? ¿Cómo ayudarlos a conformar su identidad en torno a Cristo? ¿Cómo enseñarles los valores cristianos y a adoptar el estilo de vida que Cristo desea en este difícil momento actual?.

El aprendizaje de valores es muy importante ya que éstos son las cualidades atribuidas a los objetos, personas o fenómenos, y llegan a orientar y aún a determinar el estilo de vida de una persona. El mensaje del reino de Dios desafía los valores de la cultura imperante y de las distintas culturas adolescentes, y frente a la diferenciación social, al individualismo, a la competitividad, a la falta de esperanzas y de proyección de futuro, a la violencia, opone un mensaje inclusivo, para todos y todas, sin distinción de clase, raza o género o edad. La perspectiva de futuro y la esperanza se recuperan en el mensaje evangélico. Cristo vino a darnos vida en abundancia, a abrirnos la posibilidad de un presente y un futuro mejor a todos.... (CONTINUARA)........

BENDICIONES 

sábado, 3 de enero de 2015

LLENOS EN SABIDURIA E INTELIGENCIA



"Y lo he llenado del Espíritu de Dios, en sabiduría y en inteligencia" 
(Éxodo 31: 3)


Todos necesitarnos sabiduría para manejar los asuntos de nuestra vida. Hay momentos cuando no sabemos qué hacer, adónde ir, qué decir, ni siquiera qué pensar. Si compartimos nuestro desconcierto con otras personas, cada una tendrá un consejo diferente para darnos. 

Si escuchamos a todos sólo conseguiremos confundirnos más. Podemos encontrar consejos sanos en la gente que nos rodea; también hay libros que tratan distintos temas y pueden orientar pero, en definitiva, somos nosotros, personalmente, los que debernos tomar las decisiones y determinar el curso de nuestras acciones. 

Qué maravilloso es saber que tenemos una fuente inagotable de sabiduría a nuestra disposición. 

Cuando Moisés, el siervo de Dios y líder del pueblo de Israel, tenía que construir el Tabernáculo (una especie de capilla de campaña que los israelitas usaron mientras cruzaban el desierto), Dios llenó de Su Espíritu de sabiduría e inteligencia a un hombre, llamado Bezaleel, para que realizara el trabajo. ¿Qué decisión debe tomar? ¿Para qué necesita sabiduría? El Espíritu del Señor está en nosotros para guiarnos. 

Cuando más aprendemos a escuchar Su voz, más fácil se nos hace confiar en Él y tomar las decisiones sin equivocación.

Señor Amado: Qué sensación de paz da el saber que Tú pones en mí el Espíritu de sabiduría y me guías en las grandes decisiones de la vida, como también en las pequeñas. Recibo ese poder ahora, recibo la iluminación Divina y te doy gracias, Padre, en el Nombre de Jesús. 


Gracias doy a mi Dios siempre por vosotros, por la gracia de Dios que os fue dada
en Cristo Jesús"  
(1 Corintios 1:4)

Amén. 

viernes, 2 de enero de 2015

LA COMUNION CON DIOS



Días atrás hablaba de la importancia de estar en comunión con Dios y la esposa de un pastor me decía: Siento tantas ganas de estar en la presencia del Señor; me tengo que levantar más temprano en la mañana, antes de preparar a mis hijos para ir al colegio, para estar a solas con Dios. Otra me escribió: Los momentos que estoy pasando en la presencia de Dios no los puedo explicar; es tan maravilloso lo que estoy sintiendo. 

Estoy convencido de que Dios se está acercando a nuestros corazones, muchos van a responder con lágrimas: Señor, aquí está mi vida, derrama de Tu fuego sobre mí, purifícame de esto o de aquello, Señor, quiero vivir más cerca de Ti, quiero vivir en santidad, apartado para estar Contigo, apartado para Tus propósitos. 

Cuánto anhelo que mi pais sea lleno del conocimiento de la gloria del Señor, cómo ansío que la iglesia se levante en unidad para clamar y orar con total certeza de fe, purificados nuestros corazones de mala conciencia manteniendo firme nuestra profesión. Quiero que, como sacerdotes del Señor, como aquellos que nos paramos en la brecha para clamar por el país, nos humillemos delante de Él y le pidamos perdón por los pecados de nuestros compatriotas para que Él nos oiga desde los cielos, nos perdone y sane nuestra tierra. 

Es hora de que como cristianos levantemos manos santas sin iras ni contiendas a favor del prójimo, para buscar Su rostro, permitir que Él nos dé revelación y nos muestre qué es lo que Él quiere hacer en nuestra Nación. Que Dios derrame de ese espíritu de sabiduría, inteligencia, consejo, espíritu de temor reverente a Dios sobre cada uno de nosotros que nos estamos apartamos para buscarlo. Que cuando Dios nos pregunte: qué quieres que te dé, qué sueñas para tu país y para tu familia, podamos pedirle que nos acepte como un sacrificio vivo, que nos use para poder proclamar bendición sobre este país, y veremos cómo el futuro cambia y cómo el destino que Él tiene para esta Nación se cumple.  Amen!!!!


BENDICIONES