miércoles, 23 de julio de 2014

LOS 4 ENEMIGOS DEL LIDERAZGO JUVENIL

Basado en un email escrito a mí equipo de liderazgo.

Quizás este escrito ya sea un poco tarde para muchos de ustedes, pero aunque sea tarde es mas importante escribirlo que quedarse callado y no decir nada al respecto. Al leer algunos últimos correos electrónicos de mis amigos me siento motivado a abrir una conversación de los 4 enemigos que más intimidan a los líderes juveniles, y quizás al liderazgo en general. Y cuales serán estos enemigos. ¿Será la división? No creo. ¿La pornografía? Tampoco. ¿Será la envidia o celos? Menos. ¿Las 3 F: Falda, Fama y Finanzas? Tal vez… pero no. Aunque muchas de estas cosas son luchas, todavía son enemigos externos. Los enemigos que les quiero identificar son aun más poderosos, más crueles y sin compasión.
Estos son: el conformismo, la baja autoestima, depresión y el cansancio.

El conformismo:
Debemos luchar en contra de conformarnos a nuestra realidad. Debemos saber que Dios aún tiene más para nosotros. Debemos entender que Dios aún no ha terminado con nosotros. Debemos dejar de conformarnos con la misma rutina religiosa que nos aparta de una relación genuina con El. Debemos dejar el conformismo que nos acomoda y nos queda tan bien que se nos hace difícil despojarnos de el. El conformismo te destruye, te quita la visión y debilita tu liderazgo.

La Baja autoestima:
Debemos luchar en contra de la baja autoestima que nos cohíbe y nos amarra a hacer lo que otros dictan por nosotros quitándonos nuestra autenticidad. La baja autoestima es sutil y nos mantiene en reacción y nos quita la acción. Quizás pensamos que la baja autoestima no afecta a líderes. Pero la verdad es que nos afecta tanto como a cualquier otra persona. Ciertamente el orgullo es un enemigo fuerte, pero la baja autoestima puede también ser letal para un líder juvenil.

La Depresión:
Debemos luchar en contra de la depresión que nos empuja y nos golpea en la cara recordándonos de todo lo que no hemos logrado profesionalmente, espiritualmente, emocionalmente y aun físicamente. Es la depresión la que nos recuerda que los jóvenes se nos escaparon de las manos, lo que NO hemos alcanzado por dedicarnos al ministerio o lo que seriamos si NO hubiéramos trabajado tanto para Dios. La depresión nos quita las ganas de vivir, nos quita el alma y nos destruye poco a poco. Y como no tenemos “ministerios de depresión” en la iglesia, entonces mejor lo callamos aunque muramos por dentro.

El cansancio:
Debemos luchar en contra del cansancio que nos visita cada vez que hacemos algo bien o mal en el ministerio, que nos invita a renunciar y a convertirnos en una estadística más del ministerio juvenil. Debemos romper el ciclo de dar, dar y dar y luego entonces paramos para luego dar más y luego parar. Es mas conveniente si priorizamos nuestras actividades y logramos mantenernos frescos aunque estemos trabajando. Hacer menos a largo plazo, en vez de hacer mucho en poco tiempo y no permanecer. Un líder una vez me dijo, “Si el enemigo no puede pararte, tratara de cansarte.” El ministerio juvenil es una carrera de resistencia no de velocidad.

En lo personal he luchado con cada uno de estos intimidantes enemigos. Y la verdad es que diariamente todavía lucho con cada uno de ellos. Pero podremos luchar en contra de ellos, si primeramente identificamos que existen. Luego debemos unirnos con otros líderes que nos apoyen y nos entiendan, lideres con los cuales poder abrir el corazón. El liderazgo puede ser un lugar muy solitario, pero todo es posible para el que cree. Podemos luchar y ponemos ganar. Dios esta apostando en ti. Sí, se puede!

Bendiciones

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